GRAN RESERVA DE CONCHA Y TORO “PRESERVANDO LA NATURALEZA”
Múltiples acciones avalan el espíritu sustentable de esta línea que tiene dentro de su portafolio un Sauvignon Blanc, Cabernet Sauvignon, Carmenere y Malbec.
Gran Reserva es la primera marca de vinos de Concha y Toro en el que el origen de cada variedad se asocia con diferentes riberas de ríos de Chile.
Justamente, por eso, esta nueva línea posee un fuerte compromiso con la sustentabilidad y el medio ambiente, el que se traduce en diversas acciones ligadas a preservar la naturaleza, entre ellas, proteger el ecosistema aledaño a las cuencas hidrográficas donde se ubican los viñedos y restaurar su biodiversidad. La viña comenzó a explorar zonas cercanas a las riberas de los valles más importantes del país en busca de mayor frescura en sus vinos y, con ello, crear una línea que representara a ese concepto. Finalmente, los seleccionados fueron viñedos ubicados a orillas de los ríos Tinguiririca, Cachapoal y Rapel, donde nacen las cuatro variedades que componen el portafolio de Gran Reserva: Sauvignon Blanc, Cabernet Sauvignon, Carmenere y Malbec. Las características de estas zonas influyen en los vinos a través de dos elementos claves: el suelo y el clima. El flujo constante de los ríos, que corren desde las majestuosas montañas de los Andes hasta el océano Pacífico, crea grandes cuencas las que actúan como corredores de frío donde la brisa marina o andina enfría el viñedo, generando condiciones excepcionales para el cultivo de la vid.
Esto, también se traduce en que las uvas maduran lentamente y, en consecuencia, nacen vinos de una gran concentración y un complejo abanico de aromas, con una personalidad expresiva, fresca y frutal. Gran Reserva cuenta con múltiples certificaciones que avalan su espíritu sustentable, como la otorgada por el Consejo de Administración Forestal (FSC, Forest Stewardship Council), que atestigua la gestión forestal sostenible; la Green-e, relacionada con la energía renovable; y la de Empresas B, que fue otorgada a la empresa Concha y Toro en abril de 2021, después de dos años y medio de rigurosa evaluación, la cual reconoce a las empresas que cumplen altos estándares de gestión ambiental y desempeño social. Actualmente, Concha y Toro es la empresa vitivinícola más grande que se une a este movimiento global, conformado por casi 4.000 empresas de todo el mundo que trabajan para generar un cambio sistémico y construir un modelo económico equitativo, inclusivo y regenerativo para las personas y el planeta. Además, Viña Concha y Toro se integró el año 2021 a una red global de biodiversidad, lo que la convierte en la primera empresa vitivinícola en aportar con información a eBioAtlas, un proyecto de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) y NatureMetrics que busca conocer las especies presentes en el ecosistema, así como hábitos de migración. A esto se suma que es parte de la Red de Huella Hídrica (Water Footprint Network); que el 100% de la electricidad requerida para hacer los vinos Gran Reserva proviene de fuentes renovables generadas por energía solar e hídrica; y que todas las uvas utilizadas para su elaboración son producto de prácticas de agricultura sustentable, ya que la empresa ha sido certificada bajo el Código de Sustentabilidad de Vinosde Chile desde el año 2012.
Siguiendo esta lógica, todos los detalles de su packaging responden a su espíritu sustentable, lo mismo que la elección de un cisne de cuello negro como ícono de la marca, ya que se trata de una de las especies distintivas de Ucúquer, un importante viñedo de esta línea y de donde proviene el Sauvignon Blanc, la variedad emblemática de Gran Reserva. Este terroir está ubicado en la ribera del río Rapel, en el valle de Colchagua, en Chile Central, una zona que ha sido declarada como uno de los 35 hot-spots de la biodiversidad mundial (UICN 2013) por poseer una importante riqueza de flora y fauna endémica. La zona de la cordillera de la costa donde se ubica este viñedo constituye es un área de alto valor ecológico, debido a que alberga una serie de especies endémicas, además de constituir la mayor área continua con bosque y matorral esclerófilo del valle central y de la cordillera de la Costa. Por eso, un objetivo fundamental es la restauración y regeneración del bosque nativo esclerófilo existente dentro de los terrenos de la empresa, por lo que se ha establecido que el 50% de la superficie esté destinado a áreas de conservación. Para el equipo agrícola y enológico de Concha y Toro es de suma importancia proteger y restaurar la biodiversidad a través de prácticas agrícolas más sostenibles que estén en armonía con su entorno natural junto con obtener vinos de estándares de calidad extraordinarios para promover a través de ellos un compromiso con la salud y el bienestar de nuestros consumidores. Al proteger el bosque nativo de Ucúquer, Concha y Toro está aportando al equilibrio natural de la cuenca de río Rapel y está regenerando las condiciones naturales para que la cuenca se transforme en una “Gran Reserva” de biodiversidad.
“Hoy en día no es suficiente producir vinos de calidad si no somos conscientes y responsables del efecto de nuestras acciones sobre el medio ambiente y las comunidades cercanas a nuestras operaciones. La línea Gran Reserva es la punta de lanza de este firme propósito de viña Concha y Toro”, afirma el enólogo jefe de la marca, Marcio Ramírez.
Por lo anterior, es que “tanto en los viñedos como en las bodegas se han implementado múltiples acciones y mejoras continuas para que nuestros vinos no solo reflejen nuestro compromiso con la excelencia, sino también expresen el que tenemos con preservar la biodiversidad del lugar”, complementa Max Weinlaub, enólogo responsable del Sauvignon Blanc.
Por todo esto, es que para el equipo enológico de esta línea súper premium del Nuevo Mundo es de suma importancia producir vinos de excelente calidad y, con ello, promover el desarrollo de prácticas agrícolas más sostenibles y en armonía con su entorno natural.